Tazio Nuvolari

¿Si os digo que un piloto se rompe un brazo en un accidente y una semana después corre escayolado qué me diríais? ¿Y si os digo que en una carrera nocturna un piloto rezagado apaga las luces para que sus rivales no le vean acercarse y adelantarles?

Me diríais que, obviamente, el reglamento no lo permite, y que en cualquier caso está como una regadera...

Pues ese piloto existió, y es considerado por muchos como el primer gran campeón automovilista de la historia.

El mantovano volador nació a finales del siglo XIX en Castel D'Ario, y al igual que años después harían Hailwood y Surtees, Tazio fue un notable piloto de motos al que le picó el gusanillo de las cuatro ruedas.

En la primera guerra mundial intentó alistarse como conductor de ambulancias y el oficial al mando le dijo: “Escúchame, olvida el conducir, tu no sirves para esto”. Iluminado él. Su primera carrera de coches, disputada con un Ansaldo de poca cilindrada terminó con victoria, con lo que decidió alternar motos y coches. Tras unas carreras con coche pequeños impresionó al equipo Alfa, que sufría para vencerle con sus potentes P4. Y ya se sabe, si no puedes con tu enemigo, fíchalo...

Allí comenzó la leyenda de Nuvolari, que dejó grandes gestas por las carreteras de Europa e instauró la conducción con derrapaje controlado. Tazio corrió entre otras marcas para Auto-Union y Maserati, logrando victorias en carreras y circuitos de la talla de la Targa Florio, Mille Miglia, Nurburgring, Pau, Montecarlo...

En Turín, el 3 de Septiembre de 1946, toma la salida de la Copa Brezzi en un Cisitalia D46. En la primera vuelta, está en la última posición. En la segunda vuelta, pasa frente a los boxes con el volante en la mano. Corre durante una vuelta mas conduciendo sin volante, girando con sus manos la columna de la dirección. Tras parar una vuelta más adelante a repararlo, consigue terminar en decimotercera posición.

Su última victoria se produjo en 1950, si bien nunca llegó a participar en el campeonato mundial de F1, ya que su salud ya empezaba a flojear. A pesar de haber sufrido varios accidentes graves y lesiones de importancia falleció en su cama en 1953 a pesar de su deseo de que fuera el asfalto quien viniese a buscarlo en su último momento.

Aquí tenéis un encantador video de lo que eran las carreras de la época.